Me ilusiona compartir con vosotros esta fotografía que realicé a una clienta mía y que le he dado un toque más vintage a la hora del procesado. Casi todas las mujeres están llenas de complejos y manías que, en muchas ocasiones les impide disfrutar plenamente de su fisico, y por extensión, de su vida. Nadie es perfecto, eso todos lo sabemos pero cuando una persona decide afrontar su realidad y enfrentarse a una cámara posando desnuda delante de un desconocido, merece toda mi admiración como mujer y quizás ella no lo sepa, pero en realidad está haciendo un ejercicio de valentía y reivindica un «Tampoco estoy tan mal…» que le hará avanzar en quererse un poco más.

Por experiencia, puedo deciros que la gran mayoría, superan con creces sus propios miedos, tabús o prejuicios, y disfrutan de la sesión de fotos como lo que es, una forma muy efectiva de subir la autoestima al estado máximo al ver los resultados y al ver que una persona que no conocen de nada les ha demostrado en unas fotografías que están estupendas y que pueden (Y deben) quitarse esa losa de encima y mostrar sus encantos sin ninún reparo, porque… como decía siempre una empleada que tuve… «Todos tenemos algo bonito y siempre hay gente que lo valorará, a veces más que nosotros mismos»